Murube (1134 m.), Isluce (1049 m.) desde Larraona

Ficha:

- Nombre: Murube (1134 m.), Isluce o Aitzluce (1049 m.)
- Situación: Sierra de Urbasa.
- Punto de partida: Larraona. Navarra.
- Desnivel: 364 m.
- Duración: 8,3 km.y 3,50 horas.
- Cartografía: Topo Spain.

Mapa de situación:

8.3 km, 03:55:44

Descripción:

Larraona, cabecera del valle de La Ameskoa Alta, es el primer pueblo navarro al que llegamos a término del Valle de Arana, en bajando del puerto de Opakua. Destacan su iglesia y sus casa palacio con sus escudos heráldicos, recordatorio de los Señores que dominaron el pueblo. Se halla cubierto al norte por las sierras de Entzía y Urbasa que le libran de los fríos norteños. Al sur es la sierra de Lóquiz la que cierra sus salidas. Con unos 112 habitantes, se halla a una altitud de 772 m. siendo el cereal su cultivo principal.
Aparcamos junto a la fuente centenaria en la carretera que cruza el pueblo, y desde allí mismo tomamos la pista que nos subirá al puerto de Larraona, dirección norte, donde nos encontramos la ermita de San Benito, construcción del siglo XVI, que duerme plácidamente bajo las haya. De la Ermita tomamos dirección noroeste a tomar un estrecho sendero que serpentea pegado al cortado. El sendero está señalizado por marcas rojas que ayudan en la travesía. Caminamos metidos en un bosque precioso de hayas fundamentalmente, que apenas permiten que se cuele la luz del sol. Pasaremos un murete de piedras y a poco nos toparemos con dos rocas verticales, que se apoyan una en otra para no precipitarse por la aldaya. Estamos en el monte Isluce (Aitzluce=piedras grandes) al que se adosa una escala metálica para ascender a la cumbre en dos tramos. Hay que tomar precauciones. De Isluce seguimos el sendero que sigue serpenteando el hayedo y vamos ascendiendo a la cumbre de Murube de la que nos separan unos 500 m. desde Isluce. De ambas cumbres se divisa a placer el valle de Arana y el correspondiente valle de las Amékoas.
La vuelta la hacemos desandando el sendero hasta San Benito, y luego la pista cementada que nos baja al pueblo. A destacar las enormes piedras que han rodado por la aldaya, desprendidas de las cornisas superiores de la sierra.