Ficha:
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- Mapa de situación:
10.7 km, 05:48:01
- Descripción:
El retroceso global de los glaciares y el aumento de la altura de la cota nivológica en la totalidad de las cordilleras del mundo hace que cada vez sea más fácil, durante gran parte del año, alcanzar cotas de altura elevadas, superiores incluso a los 5000 metros, sin la necesidad de emplear material técnico para hielo y nieve. Sin entrar a juzgar la influencia del hombre en este hecho (el comúnmente denominado “cambio climático”), el incremento de la “temperatura media global” es ya desgraciadamente un hecho difícilmente cuestionable. Basta con viajar a las regiones lindantes a las más grandes cordilleras (Nepal en el Himalaya; Bolivia y Perú en los Andes, entre otras) y preguntar a cualquier ciudadano cómo ha evolucionado el paisaje de las grandes montañas que dominan su horizonte: los Arequipeños dirán que el Misti (5825m) apenas toca ya nieve en todo el año, ha desaparecido su “polera” blanca; las figuras mitológicas que el hielo y la roca formaban en las laderas del Illimani (6462m) se han marchado “harto”, dirán los Paceños. No hay mucha ciencia en todo esto, sino la paciencia de quien lleva observando mucho tiempo.
Dejando fuera estas impresiones personales, los Andes esconden algunos de los paisajes más bellos y salvajes de la tierra. Esta cordillera se extiende a la vera del Océano Pacífico, cruzando la casi totalidad de América del Sur apuntando su cota más alta en el gran Aconcagua (6962 m), punto más alto de la tierra fuera de Asia. A lo largo y ancho de toda la cordillera ésta se puede subdividir en varias partes atendiendo a criterios climáticos y geológicos, sin embargo, los Andes Centrales presentan, por su cercanía con el ecuador, diversas peculiaridades que los hacen únicos en todo el mundo.
El Altiplano Boliviano, altiplano por excelencia, está encerrado a más de 4000 metros entre dos cordones montañosos, oriental y occidental, de esta parte central de los Andes. Separado a menos de 20º del ecuador, Bolivia es un país de extremos y belleza sobrecogedora. En apenas centenares de kilómetros puede uno pasar de los más gélidos glaciares a las más tupidas selvas, de los más áridos desiertos a los más fértiles viñedos.
Un cóndor sobrevolando el altiplano, podría bien en un solo día divisar toda la tierra.
En el flanco oriental del altiplano se encuentra, a escasos kilómetros del centro de La Paz, la Cordillera Real. Emergiendo desde los 4000 metros en la árida estepa del altiplano a lo largo de 170 kilómetros, los colmillos de esta cordillera sobrepasan con creces los 6000 metros de altura. Región de cóndores, viscachas, llamas y vicuñas, la naturaleza no ha escatimado aquí en gastos; poder llegar allí, ser partícipe y compartir la energía del lugar con la Pachamama es una experiencia inolvidable, casi mística, en la que se hace entendible la idea de que los antiguos pobladores de los Andes asociaran a estas cumbres las moradas de sus dioses.
El Pico Austria (5270m) que nos proponemos a conquistar, se encuentra en la parte sur-oriental del macizo del Condoriri, haciendo de magnífico mirador de éste. Sin ser un monte complejo técnicamente (al menos durante la gran parte del año que no se encuentra nevado) y siendo además uno de los más bajos del macizo, su ascensión es una de las más gratificantes paisajísticamente hablando. Es un monte perfecto para realizar una buena aclimatación antes de acometer cumbres más altas y arriesgadas con seguridad.
La ascensión comienza desde los alrededores del Lago Tuni (4400 m), a escasas dos horas desde el centro de La Paz en Jeep por la carretera principal que cruza El Alto. Un camino de piedra abandona esta carretera principal antes de llegar al pequeño poblado de Kallke Amaya (conviene llevar un guía si no se conocen los caminos) para adentrarse en el altiplano por un camino de difícil transito que enfila directamente al lago Tuni, localizado en la meseta entre los macizos del Condoriri y del Huayna Potosí.
Una vez en el lago, el camino, bien trazado y marcado con hitos, avanza hacia la laguna Chiar Quta, para bordearla por su lado derecho (E). Esta laguna se encuentra exactamente a los pies del macizo y no hay que confundirla con una más pequeña y anterior, conocida como “lagunita” Chiar Quta. Una vez bordeado el lago, cuando nos encontremos en la orilla opuesta a la que veníamos, veremos diferentes casetas empleadas como campo base para quienes ataquen desde allí el Condoriri o el Pequeño Alpamayo. En los días claros podremos ver reflejadas en las aguas del lago las siluetas nevadas y oscuras de las cumbres del macizo. El oscuro espolón de la Aguja negra permanece ante nosotros, semioculto por las nubes, quedo y desafiante.
Avanzando unos cientos de metros desde el “campo base” encontraremos un cruce: para adelante continua hacia Pico Austria y para la derecha enfila hacia el glaciar del Condoriri (buena opción para quienes no tengan fuerzas para atacar cumbre). Desde allí sólo queda seguir el camino, bien trazado, hacia el collado a 5000 metros que hace de separación entre laguna Chiar Quta y laguna Juri Quta. Las vistas desde el collado son magníficas, pudiéndose ver en los mejores días el lago Titikaka. La parte desde el collado a la cima, sin tener ningún peligro serio, es la parte más difícil y aérea de la ascensión puesto que transcurre por aristas a las cuales se accede tras superar sendas pedrizas.
Los metros finales transcurren por una arista de andadura muy cómoda y divisoria entre los valles de las dos lagunas que hace que el deleite visual del montañero sea sublime. Bendito altiplano de mi amada Bolivia. Los cóndores saldrán a acompañar a los montañeros que la Pachamama haya creído dignos de tal honor. Nosotros, pequeños trotamontes, así lo fuimos. Las estelas de los cóndores, oscuras, desafiaban al sol.
- Fotografías:
Comentarios:
Oketa ( 1035 m.).
Ruta del Cares.
Ruta del Cares.
Vignemale (3290 m.) desde Pont D'espagne.
Vignemale (3290 m.) desde Pont D'espagne.