- Descripción:
Dentro del altiplano, fronterizo entre el Perú y Bolivia, se encuentra una de esas proezas con las cuales la naturaleza ha hecho gala de su imaginación por todo lo largo y ancho del continente americano: el lago Titikaka. Anclado en el tiempo a más de 3800 metros de altura, el lago navegable más alto del mundo, moldeó durante millones de años el clima y la morfología de la zona además de acoger en sus fértiles costas e islas las poblaciones que fueron germen del imperio Inca. El lago Titikaka posee 36 islas esparcidas en toda su extensión pero una de ellas, la Isla del Sol, destaca en importancia por poseer en su costa norte la “Titi Kharka”, una roca sagrada en forma de puma que se considera pieza fundamental de la cosmología andina y de la cual, dice la leyenda, emergieron los primeros incas. Con la llegada de los conquistadores españoles, esta singular piedra acabó por dar nombre a todo el lago.
La caminata o trek que aquí se describe es una ruta trazada mediante un bonito y cómodo camino de piedra, construida en la forma de los antiguos incas, que recorre todo el largo de la isla del sol , uniendo sus costas norte (Challapampa) y sur (Yumani), y permite disfrutar de las majestuosas vistas del lago. Para comenzar el trek es necesario coger una de las barcazas locales que parten a primera hora desde Copacabana a la Isla del Sol recorriendo los escasos 14 km (unas 2 horas) que las separan. A partir de aquí hay dos alternativas en función de la dirección con la cual se quiera hacer el trek: bajarse en el puerto de Yumani (costa sur) o seguir hasta ChallaPampa en la parte norte. La que aquí se describe comienza en Challapampa y termina en Yumani, donde se pernocta (no es necesario dormir en la isla pero sí aconsejable ya que se disfrutará de una estupenda tranquilidad y un soberbio anochecer desde cualquiera de los cerros que moldean la isla). Nada más bajarnos del bote, un guía local nos ofrecerá la posibilidad de acompañarle en un circuito guiado por la costa norte para mostrarnos la forma de vida local, las ruinas de los primeros pobladores y, como no, la roca sagrada que da nombre al lago. Aunque este circuito puede dar la sensación de ser demasiado “organizado”, resulta muy interesante conocer de primera mano la historia de la isla. Además de todo ello, con el precio módico pagado por los servicios del guía, se ayuda sustancialmente al desarrollo de la isla para hacer más fácil la vida de los que en ella habitan.El camino que cruza la isla parte hacia el sur poco antes de llegar a la roca sagrada. Si se dispone de tiempo, se recomienda no sólo recorrer lo imprescindible que une ambas costas sino ascender también a cualquiera de los diversos cerros y disfrutar de las vistas del todo el lago, un océano enmarcado en la cordillera de los Andes. El camino no tiene pérdida y a lo largo de todo él encontraremos diversos lugareños que nos podrán abastecer de agua y comida. En la localidad de Yumani nos podremos alojar en las casas de las diversas familias que pueblan la localidad y cenar una trucha bendecida por las aguas sagradas del Titikaka, en la que pescaron los primeros incas y donde aún se investigan en sus profundidades vestigios de remotas civilizaciones.
- Fotografías:
Comentarios:
Oketa ( 1035 m.).
Ruta del Cares.
Ruta del Cares.
Vignemale (3290 m.) desde Pont D'espagne.
Vignemale (3290 m.) desde Pont D'espagne.